sábado, 1 de marzo de 2025

Top 5 mejores y peores del año 2024

No vi demasiadas películas del 2024 el año pasado (algo típico debido a mi aversión por el cine popular actual) pero decidí ponerme al corriente durante el inicio del año, así que aquí están las que considero como las más rescatables y también las peores (mayormente en el ámbito del cine de género/serie B). También vale la pena decir que falta una buena cantidad de películas que me interesaban pero que no se han lanzado apropiadamente y son difíciles de ver por el momento (mayormente es el caso con películas mexicanas). Meramente como tradición y sujeta a cambios, pues puede que vea más del año pasado en los siguientes meses, esta es mi selección.


Top 5 mejores: 

5- Bigfoot Exorcist (Wild Eye Entertainment) Dirs. Donald Farmer - Newt Wallen

El treintavo largometraje del veterano Donald Farmer es otro desquiciado destape vulgar de sangre, gore rudimentario y sexualidad soft pero prominente (y fetichista) que funge meramente como experiencia (anti)estética-antiuniforme. Totalmente descompuesta, desnutrida, ecléctica, discontinua, crudamente rodada y enfocada en recrearse en sus elementos a explotar (esos planos alargados que contemplan al monstruo barato recorrer un cementerio o las muertes con las que se agasaja la cámara) antes que intentar darle coherencia a sus múltiples subtramas, a las que abandona o dilata a placer, porque a Farmer le viene bien guanga la relación causa-efecto (producto de su formidable desintegración del relato). Ya cada vez menos cerca del espíritu Jess Franquiano que sublimó sus filmes anteriores, aquí queda la caspa, pero vaya caspa. 

4-Mummy Shark/ Camp Blood: Clown Shark/ One Million Babes BC (Polonia Brothers Entertainment) Dirs. Mark Polonia - Jeff Kirkendall


Lote estrafalario de indescriptibles sueños febriles del casposo imparable Mark Polonia (sus cintas número 86, 88 y 89) y su equipo recurrente. Empezando con el cine de momias clásico (de Universal a Hammer y ejemplos de serie B), pasando por la tetralogía británica de “cavegirls” (de la Hammer también) y añadiendo la farsa actual de tiburones ya asimilada e inferida. Mark sigue abierto a las rupturas técnico-formales que dan paso a las sensoriales deformaciones audiovisuales (superposiciones ultra-artificiales, stock shots discordantes y sobreexposiciones) dignas de un Polonia primerizo por allá cuando estrenaba alucinaciones óptico-sonoras como Bad Magic (1998), que hoy en día funciona como contracine depurado con la flexibilidad formal que deja en pañales a sus contemporáneos y las nuevas generaciones. Absurdos delirios improbables que buscan lo imposible.

3-Furiosa: De la Saga de Mad Max (Kennedy Miller Mitchell, Domain Entertainment) Dir. George Miller


Contenida épico-mítica cinta del demoledor, desmadroso e influyente George Miller que cuenta como la niña/adolescente postapocalíptica Furiosa se convirtió en un icono. Lo que la salva de proclamarse pretenciosamente como “mitología moderna” es que no es un mito para nosotros, sino para los personajes dentro de su universo. Casi opuesta en su meticulosa y controlada acción a la orgía vertiginosa de Fury Road. Es raro encontrar a un director, viejo o no, que sepa usar la cámara en mano, el pictorialismo, los movimientos (tanto de la cámara como lo que está frente a ella), el CGI o que vuelva a las propias elipsis y transiciones un recurso expresivo sustancial.  

2-Crocodile Swarm (Jagged Edge Productions) Dir. Tyler-James 


Sexto largometraje realizado por el productor/guionista convertido en director Tyler-James y uno de los más insólitos filmes elaborados por Jagged Edge. Cada recurso expresivo resuena más duramente al quebrar con la estaticidad de su dirección (esos zooms vertiginosos a la mujer comida por mega falsos cocodrilos en la escena pre-créditos, extrañísimos planos aberrantes y juegos de luces en penumbra prominente con la parte inferior del plano bien iluminada e incesantes jump-cuts cual recurso ahorratiempo del primer Godard). Infestada de planos luminosos y coloridos donde la luz fuerte y dura ilumina las cavernas postZontarianas, postDescenso que tiene por locación principal. Por su miserable historia y descolocaciones formales denota no una intención de narrar sino de delirar y dejar que las visuales consigan los efectos emocionales-atmosféricos necesarios. Sin mencionar ese “ojo-cámara que todo lo ve” que se posiciona por medio de planos cenitales y top shots por encima de sus míseros personajes y asciende lentamente a los cielos. Fascinante. 

1- Quadrant & Death Streamer (Full Moon Features) Dir. Charles Band


Es impresionante que Charles Band, el “poeta pulp” (según el crítico australiano Adrian Martin) de la serie B moderna (de los noventas para acá), siga igual de rico, busque nuevas herramientas de expresión (sin olvidar su medio) y continúe reinventándose en pleno 2024-2025 sin perder su toque. Aquí hay dos muestras de esa mentalidad Cormanesca, desprovistas de realismo y coherencia alguna, con creatividad formal y exploración temática subyacente, utilizando un díptico de tramas-pretexto que se desenvuelven como pesadillas digitales vueltas campo para lo etéreamente irreal/surreal. A pesar de lo controversiales que puedan ser (uso de IA, bajísimos presupuestos), aquí se ganan el lugar más alto. Dan para unas críticas pero eso tal vez después. 

Me dan ganas de poner: Trap (M. Night Shyamalan), Jurassic Triangle (Victor De Almeida), Terrifier 3 (Damien Leone), Wicked (Jon M. Chu), The Killer (John Woo), Immaculate (Michael Mohan), Space Sharks (Dustin Ferguson), Monster Mash (Jose Prendes) y MaXXXine (Ti West).


Top 5 peores:


5- In a Violent Nature (Shudder Films) Dir. Chris Nash


Reciente degradación/profanación de la imagen-tiempo Deleuciana (¿o la imagen-hecho Bazineana?), la nueva regurgitación de la moda del “slow cinema” (lo que sea que signifique eso), inspirada en ejemplos incluso ya cuestionables como los del Gus Van Sant dosmilero (Gerry, Elephant, Last Days, Paranoid Park) y la inútil búsqueda forzada de lo “sublime” del Terence Malick más mamón. El cine de la mente choca por completo con el cine de los géneros corporales (según Clover y Williams) y explota en esta nefasta cinta de esteticismo fetichista que momifica y contamina lo que en un momento fue vanguardia y estilo proveedor de una nueva manera de expresión. Ni siquiera es lo que dice ser, el montajista corta constantemente durante la trayectoria del asesino (secuencias que intentan imitar las extendidas caminatas ininterrumpidas vistas en sus influencias), nunca deja que se complete su recorrido sin interrupciones, destruyendo el punto del método empleado (esa concepción del tiempo y de los sujetos autónomos), esto empeorado por los diversos e insistentes cambios de ángulos y encuadres que traicionan el concepto de las tomas largas. Aparte, su foco de contemplación es de lo más banal. ¿Qué querían que contempláramos? ¿Los tropos del cine slasher por si solos? Ogroff (1983), Erase una vez el diablo (1986), Sledgehammer (1983) y Blood Lake (1987) son todo lo que esta película aspiró a ser.


4-The Substance (Working Title Films, Blacksmith) Dir. Coralie Fargeat


Despistada, autocomplaciente, autoexcitada, arrítmicamente vociferadora de un tautológico discurso fácil de panfleto frívolo que termina de leerse en dos líneas por métodos efectistas, estridentes y de obviedad insufrible en su vacuidad estética. Torpemente montada y rodada, sin lugar para lo más misterioso del cine de género, la indagación e investigación de sus imágenes, o pluralidad de interpretación alguna. Los efectos prácticos gore más aburridos y carentes de imaginación que he visto en un buen rato. Esta versión fea de The Wasp Woman (1959-1995) y de Evil Spawn (1987) sale sobrando. 


3-Anora (Cre Film) Dir. Sean Baker


Esperpéntica, boba y pedestre película del inflado Sean Baker que pasa de lo cinematográficamente ordinario a la replicación de formas, sensibilidades y estructuras autorales establecidas anteriormente en otros cines (Cassavetes, Lubitsch, Hawks, Franco) extirpadas de significado, contexto e importancia con rupturas desviadas muy tenues. Parte del hilo de deformaciones presentes en la filmografía de la generación reciente de directores académicos-cinéfilos galardonados (Gerwig, Chazelle, Eggers, Fargeat, Aster, Peele, Baumbach y otros). Una historia de barato carácter pseudo-crítico exigiendo ser interpretado (“Es una reinterpretación de la Cenicienta pero de mala leche y del mundo de las prostitutas.”) protagonizada por personajes desperfilados y realizada sin pensar en cómo se está representando y tocando cierta “realidad social” (tan alejada de ella como del espectador, como pasó en la aborrecible Tangerine del 2015) pero soñándose reveladora y exploradora de un mundo marginado/oculto. La estéril puesta en escena y la perdida/desorientada dirección resulta en encuadres, movimientos y planos funcionales, inexpresivos y unidimensionales, sin poder anclar idea alguna a lo que rueda o como lo rueda. 

2-Mouse Trap (Bailey Phillips Productions) Dir. Jamie Bailey


Hecha muy de a huevo para aprovechar que Steamboat Willie entró al dominio público, este es el ejemplo más ínfimo del terror con iconos infantiles. Ningún elemento embona, combina, comenta o se relaciona con los otros. Incoherente colección de referencias pop y chistes de parodia YouTubera con estereotipos y clichés sin vuelta de tuerca ni nada, no hay remates ni ironía en ninguna escena. Más cerca de un Kevin Smith chafa (bastante peor que Yoga Hosers) que de un Winnie the Pooh Blood and Honey. Usa la autoconciencia y las referencias para ocultar que no hay base alguna que la soporte. En cierto modo contiene una analogía para el estado actual del espectador: jóvenes atrapados en un complejo de diversiones/entretenimiento (aquí un Laser Tag) siendo víctimas del ratón Miguelito (y otras corporaciones como Disney). No hay escape. Solo aburrimiento, cinismo y muerte.  


1-Reagan (Brookwell-McNamara Entertainment) Dir. Sean McNamara


Nefasta biopic de Ronald Reagan, el cuadragésimo presidente de los Disparos Unidos Neoliberales. La evolución natural del consumismo desaforado de la insípida apología a la vanidad/superficialidad de la clase alta gringa de Bratz (otra película del director, quien ahora hace Reagan para los adultos que crecieron con esa) se puede ver en este abominable panfleto político que encapsula el nefasto estado del cine estadounidense: guion truculento de escuelita sobremanipuladora y construcción cinematográfica antirreflexiva, atrofiada, inexpresiva y con sobrecarga de intenciones hipersentimentales (de manera monótona, seca y cerrada). Glorificadora de un mandato horripilante y desinformando sobre sus supuestos logros. Una espantosa y profundamente aburrida hagiografía perversa. El fallo en fondo y forma del cine más miserable en su máxima expresión.  

Por poco pongo: Late Night with the Devil (Cameron Cairnes, Colin Cairnes), Night Swim (Bryce McGuire), Prey (Mukunda Michael Dewil), Woody Woodpecker Goes to Camp (Jonathan A. Rosenbaum), Devon (JWoww), Tarot (Spenser Cohen, Anna Halberg), Time Cut (Hannah Macpherson), Technoboys (Luis Gerardo Méndez, Gerardo Gatica), Lisa Frankenstein (Zelda Williams), Civil War (Alex Garland), Nosferatu (Robert Eggers), Heretic (Scott Beck, Bryan Woods), Longlegs (Osgood Perkins), Alien Romulus (Fede Álvarez), Unfrosted (Jerry Seinfeld), Barbie & Kendra Crash Joe Bob’s Drive-In Jamboree! (Charles Band), First Shift (Uwe Boll), Godzilla × Kong: The New Empire (Adam Wingard) y Mr. Crocket (Brandon Espy).