jueves, 6 de enero de 2022

Jueves de Juan Orol #1: Introducción a Juan Orol & ¿Quien fue este mitico director?

El infame Orol.

Si se trata de cineastas controversiales y odiados, todos los países tienen a sus candidatos, en Estados Unidos el nombre de Ed Wood ha resonado mucho para mal y a veces para bien. En Alemania tienen a Ulli Lommel y recientemente a Uwe Boll. Chile tiene a los Badilla. En Brasil Conrado Sánchez trabajó en al menos un churro gigante. La lista sigue y sigue. En México hubo varios directores que se han ganado el repudio del público como los que hacen comedias románticas, ficheras o videohomes, pero... ¿Quién es el "Ed Wood" mexicano?

Muchos dicen que la respuesta es Juan Orol, el artista español que ha sido el blanco de un sin fin de criticas alrededor de los años. Debo decir algo antes de continuar, no creo que los cineastas mencionados sean todos malos. Ed Wood hace excelentes filmes, Ulli Lommel también y Uwe Boll (quien ha hecho muchas malas cintas) tiene un par que son buenas. Lo que ocurre es que muchas veces estos directores son malinterpretados cuando su trabajo es llevado a grandes masas. Después de todo, cuando Ed Wood hacía películas el termino "psicotrónico" no existía y el cine irónico de corte "trash" no era un concepto en la cabeza de ningún critico o miembro del público. Muchas veces un "director odiado" solo fue incomprendido. Juan Orol también puede caer en esa definición, aunque no en el mismo nivel de Wood o de Lommel, Orol se encuentra en un área diferente.

A diferencia de Wood o de Lommel, Orol no tiene demasiadas pretensiones artísticas. Wood hacía guiones subversivos que cuestionaban alocadamente cualquier tipo de lógica o preconcepción convencional sobre el cine o la vida. Ni hablar de Lommel, el compañero del gran Rainer Werner Fassbinder y miembro también del movimiento conocido como El nuevo cine alemán. Orol era más... ingenuo, me falta el término ideal para describirlo. El cine Oroliano se caracteriza por intentar hacer una historia comercial de la manera más barata y rápida posible, sin importar si se ve descuidada. Se le ha llamado el surrealista involuntario por los gratuitos momentos extraños dentro de sus cintas. Dejando de lado que el término no aplica demasiado bien al cineasta, se podría considerar esta como una simplificación ignorante de sus películas, pues Orol no es ajeno al subtexto, ni a las temáticas ricas que se desarrollan sutilmente debajo de una trama superficial y su cine tampoco se descuida en el apartado del lenguaje cinematográfico. Si Orol es descuidado, lo es en frivolidades solamente, pues si hablamos de sus historias y expresión cinematográfica, es bastante sólido la mayor parte del tiempo. No es increíblemente complejo ni demasiado profundo, pero es ameno y admirable. 

Juan Rogelio García García nació en españa en 1897. Su infancia fue dura, sus padres lo querían fuera de su vida y el joven Orol fue enviado a cuba donde estuvo trabajando en los barrios bajos junto a personas de origen africano quienes lo adentraron al mundo del baile. Pronto el muchacho se vio ejerciendo varios oficios como el de boxeador, jugador de béisbol, mecánico, piloto de carreras, periodista, actor de teatro, torero y agente de la policía. Aunque nada de esto ha sido confirmado, se puede inferir que si tuvo algunos de esos trabajos, pues sus filmes tocarían más de uno de esos temas. 

Orol se adentra al mundo del cine como director artístico y publicista a finales de los veintes y principios de los treintas. También tuvo su primer acercamiento a la dirección como codirector en la película silente El sendero gris (1927). Después de ganar dinero en esos puestos fundó Aspa Films de México y participa en la película Sagrario (1933) con un argumento de Quirico Michelena y bajo la dirección de Ramón Peón (El director de la primera película de terror mexicana: La llorona). En Sagrario, Orol solo tiene un papel a cuadro y es el gerente de producción. La cinta resultó ser un éxito en taquilla. 

Juan Orol tiene un papel de secundario en esta película imposible de ver en estos tiempos.

La actriz Consuelo Moreno, quien se encontraba en el reparto de Sagrario, se convertiría en esposa de Orol, lo que la convierte en su primera musa, el director posteriormente tendría varias más en su carrera como Rosa Carmina, María Antonieta Pons y demás. Se dice que estas mujeres solo lo usaban para avanzar su carrera y que él solo las tenía como juguetes, después las cambiaba por otra cuando ambos se aburrían uno del otro, pero hasta ahora son solo rumores. 

No contento con ser solamente un actor o por quedarse en un puesto menos creativo como gerente de producción, Orol escribe su primer guion que después sería llevado a la pantalla por Peón bajo el nombre de Mujeres sin alma (1934). El filme fue un fracaso. Lo que rompe los lazos entre Peón y Orol, se podría decir que dejó a su maestro para tener éxito de manera independiente. En 1935, Orol se sienta en la silla del director (ahora sin compartir crédito) y filma Madre querida, con un guion también realizado por el mismísimo Orol que contiene la tragedia y el melodrama que lo caracteriza. 

La primera película de Orol como director independiente, tiene un remake homónimo de 1951.

Madre querida es ahora un filme muy difícil de encontrar, no se encuentran copias en línea y tampoco se puede ver en alguna plataforma. La única forma de ver la ópera prima de Orol es esperando a que un canal de cable logre transmitirla, si tienes suerte. De hecho, esa es una de las pocas maneras en las que uno puede encontrar muchas de sus obras, por medio de transmisiones viejas de televisión (y de mala calidad) que fueron subidas a internet, aunque la mayor parte de su trabajo es casi inaccesible al público. Esta falta de exposición ha hecho que su nombre se pierda alrededor de los años, a diferencia de las películas de Santo, Blue Demon, Taboada o de otras figuras mexicanas de culto que han gozado de cierta popularidad. Orol ha sobrevivido mayormente por el legado que dejó en el cine, por la leyenda pura del director más controversial y despreocupado de México pero a la vez el que más pudo satisfacer al público.

A partir de Madre querida, Orol se encontraría añadiendo más melodramas de bajo presupuesto del mismo calibre a su prolífica carrera. Usualmente intercambiando la temática, en vez de maternidad a veces tienes un amor no correspondido, a veces trata sobre el crimen organizado y demás. Usualmente se inspiraba por historietas o fotonovelas que eran populares en su tiempo, incluso adaptó algunas de ellas a la pantalla como a la excelente Zonga, el ángel diabólico o la trilogía Percal de José G. Cruz. Curiosamente, a Orol se le recuerda más por ser el "Rey del cine negro", un titulo más apto para el artista, debido a que sus cintas mejor valoradas y famosas son filmes cutres de mafiosos como Gángsters contra charros o El reino de los gángsters. Dos largometrajes dignos de pertenecer al género y que al mismo tiempo presentaban a su personaje más famoso: Johnny Carmenta.

El "Plan 9" de Juan Orol.

Crimen urbano, pobreza, miseria, paternidad, amor, rumberas, bailes estrafalarios, islas del caribe, planos estáticos, largas conversaciones llenas de diálogos simples pero utilitarios, valores de producción limitados y muerte trágica, son solo algunos de los elementos que se pueden esperar de una cinta de Orol. Rara vez decepciona en entregarnos una experiencia inolvidable y pintoresca. No puedes confundir un filme de Orol con el de ningún otro, mayormente porque no tiene el dinero para las herramientas que se ven en otras producciones hechas por casas productoras más prestigiosas, pero aún así el punto se mantiene.

Personalmente, mi descubrimiento de Orol fue realmente casual, había escuchado su nombre de vez en cuando, aunque el primer encuentro directo con la leyenda fue en la escena inicial de El fantástico mundo de Juan Orol (2012) cuando era transmitida por TV en el canal de Cine Mexicano. En ese momento, el Juan Orol de la película (interpretado por Roberto Sosa) dijo algo como "Antes a mis películas les decían churros, ahora son de culto." mi madre, quien estaba en la sala conmigo, dijo "Es cierto, Juan Orol es un director de culto mexicano." o algo parecido, y eso fue todo. Eventualmente le cambié al canal porque incluso en mi adolescencia encontraba a las películas de Sebastián del Amo infumables.

Con el pasar de los años, mi primera incursión dentro del cine de Juan Orol fue menos que ideal. Gángsters contra charros fue mi primera película Oroliana, no es la mejor para empezar pero fue la introducción de muchos por varias razones, la primera es que es la más popular y reconocida, la segunda razón es que por mucho tiempo fue la única película de Orol que se puede encontrar en internet fácilmente. Una copia de baja calidad sacada de una transmisión de Canal 22 hace más de 7 años. A pesar de que es una muy mala versión, el filme pudo cautivarme. Algo impresionante porque no se supone que debería de empezar con la tercera parte de una trilogía. El reino de los gángsters y El charro del arrabal eran las primeras dos que establecían a los personajes y a los dos bandos que se ven en Gángsters contra charros, aunque gran parte de la audiencia ignora esa parte de todos modos. 

Juan Orol y Rosa Carmina.

Inicialmente no fui fan de Gángsters contra charros, solo pensé que era irrelevante o insulsa, pero por alguna razón no podía dejar de pensar en ella, en su atmosfera, sus personajes, la yuxtaposición entre los charros mexicanos y los gángsters, la actuación de Orol, sus maravillosas escenas y su increíble final que eventualmente se convertiría en un clásico, todo eso me hacía preguntarme: ¿Qué más puede ofrecerme Orol? 

Después de eso, la curiosidad me obligó a buscar más de sus obras solo para ver que tan extrañas o despampanantes podrían llegar a ser. Creo que la segunda pudo haber sido Una mujer de Oriente (¿1946?-¿1950?), después Bajo la influencia del miedo (1956) y así hasta el día de hoy, con el tiempo me convertí en un gran fanático.

Ciertamente el cine de Orol es peculiar, pero no tiene muchos fans alrededor del mundo, al menos no al nivel de los luchadores o de los Almada. Uno puede argumentar que el cine de Orol murió en el tiempo de auge de estos, y eso sería verdad. El cine Oroliano no tiene vampiros, científicos locos, monstruos del espacio, superhéroes enmascarados, balaceras hollywoodenses ni mucho menos desnudos. Al no tener elementos de cine fantástico ni de género, la única fanbase que puede recordar a Orol son los adeptos al cine de rumberas o del noir mexicano. Para los 60s, los presupuestos de Juan eran más pobres que nunca y después de El fantástico mundo de los hippies en 1972, Orol se tomó un largo descanso solo para volver a dirigir su canto del cisne que fue El tren de la muerte en 1979 con Julio Alemán. Después tendría cameos ocasionales en películas de sus amigos pero nunca volvería a dirigir, murió a la edad de 90 en 1988. No sin antes dejar todo un legado cinematográfico.

Se aclama a Orol por ser quien popularizó el cine negro en México, por ser quien trajo al país a las artistas rumberas como Rosa Carmina o María Antonieta Pons y por hacer películas pequeñas con recursos mínimos. Trabajó con artistas como Ramón Peón, Arturo Martínez, James L. Fields y José G. Cruz y una plétora de actores de renombre. Su nombre jamás será olvidado y es por eso que pienso inaugurar esta sección.

Jueves de Juan Orol será bastante constante, al menos en lo que se pueda. Se intentará publicar algo relacionado con Juan Orol todos los jueves en los que sea posible, puede ser una reseña, un post sobre un actor, afiches, datos de interés, películas relacionadas, pensamientos sobre su cine, lo que sea. 

Terminando la introducción, inauguro esta sección que va a honorar al rey del cine negro en México, el único e inigualable: Juan Orol. 

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