jueves, 20 de enero de 2022

Jueves de Juan Orol #3: Bajo la influencia del miedo (1956) |Reseña

Ya todos sabemos en el canal y blog quien fue Juan Orol, he realizado dos entradas sobre el cineasta en las últimas dos semanas y he dedicado una sección especial solo para él. Hemos hablado sobre su trayectoria, el tipo de cine que hacía, su estilo y demás. Dimos un repaso general pero me di cuenta de que no nos hemos atrevido a platicar sobre sus películas individualmente y por eso es que esta semana les traigo una reseña a una de sus obras más infames. 

Elegí a Bajo la influencia del miedo para ser la primera película Oroliana reseñada por varias razones, la primera es que es una ideal para comenzar debido a que es del género gángster (género en el que se especializaba Orol) y es un tanto representativa de su filmografía por eso mismo, la segunda es porque es una obra relativamente fácil de encontrar en internet y con ella te puedes introducir al cine de Orol.

Bajo la influencia del miedo (gangsterismo en el deporte) es un largometraje de drama y crimen estrenado en 1956. Es protagonizado por el mismísimo Orol y presenta a su musa Rosa Carmina. 

En el reparto vemos a Arturo Martínez, conocido por ser uno de los actores especializados en villanos durante la época de oro del cine mexicano y en esta ocasión también interpreta al malvado principal (Martínez también fue director y se encargó de proyectos como Contrabando y traición, Los vampiros de Coyoacán y Leyendas macabras de la colonia), también tenemos a José Pulido en el cast, un colaborador frecuente de Orol quien interpretó al charro del arrabal en Gángsters contra charros y en su película individual.

Otro miembro del reparto es el gran Víctor Alcocer, quien es famoso en el mundo del doblaje por sus diversos personajes como El oficial Matute de Don Gato, Herman Munster de Los Munsters, el gallo Claudio y muchos más. Alcocer tuvo una prolífica carrera como actor de reparto y trabajó varias veces con Orol, empezando en 1948 con El reino de los gángsters hasta la recta final de la carrera de Juan. 

Curiosamente, esta sería la última película de Orol con Rosa Carmina, quien después de unirse al cineasta en 1946 para realizar Una mujer de oriente, se volvería una de sus artistas/esposas/musas más populares y ambos harían varias de sus obras más icónicas. Este filme marca también el fin de la saga gansteril de Orol de su era formal, solo para volver a tocar la temática en 1962 con Bajo el manto de la noche (es coincidencia que los títulos sean similares). 

Adentrémonos a esta historia llena de melodrama, asesinatos, extorsión, boxing, robos, engaños y amenazas. Una película cutre pero agraciada que nos da una idea de lo que podemos esperar de Orol. 

El preso Tony Carpio admirando un la luz de un árbol navideño con su compañero de celda.

La película comienza en una cárcel, donde se encuentra preso un hombre llamado Tony Carpio (interpretado por Orol) quien saldrá libre pronto. Tony entra a la celda de su amigo (vestido con una camisa de cuadros y en un cuarto más semejante a una casa de bajos recursos que a una celda normal, aunque nunca estuve en la cárcel y menos en esos tiempos, tal vez Orol si sabía como se veían). 

El pensativo Tony le cuenta a su amigo que ha estado encerrado por 5 años en esa prisión y decide que es el mejor momento para darle a conocer el motivo de su encarcelamiento, no se lo dijo antes porque su historia lo pone como una victima inocente y sabe que los criminales se muestran escépticos ante tales historias. 

El cuarto es oscuro y esta misma oscuridad cubre todo menos a los dos personajes y nos deja ver que entre toda esta oscuridad carcelaria la única luz alumbra al hombre inocente y su fiel compañero (la luz y la oscuridad son dos simbolismos importantes en la filmografía de Orol).

Orol como Carpio y Rosa Carmina como Marbella.

Tony comienza a contar su historia, después de una transición, nos remontamos cinco años atrás donde vemos a Tony y a su esposa, Marbella, desayunando juntos. Su matrimonio no es perfecto, de hecho, ambos discuten mucho. Ella se gasta todo el dinero y el pobre Tony tiene que trabajar todo el día para ganarlo. Tony se va al trabajo enojado, pero todo va normal.

Marbella llega al trabajo de Tony a buscarlo, pero él está fuera y la mujer es interceptada por el jefe de Tony, llamado Pantoni (interpretado por Víctor Alcocer), quien coquetea con ella. La muy piruja acepta la invitación a salir con el sórdido jefe. 

En un encuentro con Pantoni, Marbella menciona que la única razón por la que no puede irse con él es porque Tony es muy celoso y podría hacerles daño. No obstante, ella decide dejar a Tony de una vez por todas. La escena hace una transición en la que Marbella camina hacía la cámara, se cambia a otra toma que comienza con ella alejándose de la cámara, comunicando visualmente como la resbalosa y voluptuosa mujer cambia de bando sin contratiempos y sin pensarlo. Traicionar a su marido es tan fácil para ella, que esta decisión tan gigantesca, es como si se tratara de dar dos simples pasos. Orol juega con el espacio-tiempo para darnos a entender esto de manera visual.

La traicionera le comunica a Tony que lo va a dejar, él le lee toda la cartilla y enojado le saca un arma. "Solamente muerta te podrás ir de mi lado. ¿Me entiendes?" dice cruelmente Tony apuntándole con su pistola a la mujer que ama. Ella hace como que fue una prueba para "ver si realmente la quería." 

Tony amenaza a punta de pistola a Marbella. Lo que nos muestra que Tony no es buen hombre del todo, es celoso y peligroso, lo que vuelve creíble su fría venganza.

La mujer está nerviosa pero le gana la conveniencia y sigue juntándose con el jefe a espaldas de Tony. Ella está asustada por lo que su marido puede llegar a hacer si se da cuenta de su engaño, aunque a su jefe no le preocupa mucho, pues tiene un plan para dejar a Tony fuera de la vida de ambos.

El jefe de Tony le pone una trampa, ordena al pobre trabajador a ir al banco solo para ser asaltado, es acusado de auto-robo y es metido a la prisión. Para este punto, Tony deja de narrarle su historia a su compañero, el amigo convicto le dice que una vez que salga consiga ayuda con unos contactos que tiene, él lo obedece y así comienza el primer paso a la venganza.

En los cinco años que estuvo encerrado Tony, Marbella se volvió una cantante y bailarina en cabarets, su jefe ha dejado su negocio anterior para dedicarse a extorsionar a boxeadores y arreglar peleas. El jefe es recordado de la reciente liberación de Tony, pero hace caso omiso pues piensa que es solo un pobre diablo. 

Tony se despide de su amigo en la salida de la prisión y después de cenar con su madre decide irse a tomar su primera victima: el jefe que lo inculpó. Carpio es el mafioso con más integridad de todos pues antes de matar a sus objetivos les avisa de su presencia y los deja sacar su pistola, pero eso no importa pues Carpio termina balaceándolos de todos modos. 

Algo curioso es que el jefe de la banda haya muerto primero, en vez de ser el último en irse como si se tratara de un jefe final, pero Orol sabe que en realidad el conflicto principal es entre Marbella y Tony.

Como era de esperarse, esto despierta las sospechas de la policía. Tony es interrogado por ser el principal sospechoso al estar relacionado con la victima y por tener una razón creíble para asesinarlo. No obstante, como esto es México, la policía no hace nada y después de preguntarle si fue él, solo se van.

Después de despistar a la policía, Tony se reúne con sus nuevos lacayos y les ordena conseguir información sobre los asaltantes que fueron directamente responsables de su encierro. Uno de sus compinches, conocido como El malato (interpretado por José Pulido), se presta para vigilar a su esposa y conseguir los nombres de los pistoleros.

Marbella hace una presentación en un cabaret y es observada por El malato, al acabar el show, este escucha de manera oculta como uno de los mafiosos enemigos, conocido como El bronco (interpretado por Arturo Martínez), advierte a Marbella sobre el asesinato reciente y sobre el posible culpable de este acto. Ella no le da mucha importancia y les dice que se preocupen por ellos mismos y no por ella (aunque su actuación denota un rastro de nerviosismo y negación).

Marbella (Rosa Carmina) y El bronco (Arturo Martínez) 

El malato le da toda la información a Tony, quien planea ahora dar un golpe para ganar dinero con el motivo de comenzar con sus planes de extorsionar boxeadores y así seguir recaudando capital para destrozar a sus enemigos de manera cercana pero indirecta. Después de robar un banco (una escena divertida pero algo floja en la que se salen con la suya por aparentar que el robo es solamente parte del rodaje de una película), Tony y su banda comienzan con sus actividades criminales dentro del mundo del deporte.

Ahora viene una escena recurrente en el cine de Orol, en la que a mano limpia golpea a un boxeador y lo noquea con un solo golpe. El escuálido Orol no tenía oportunidad contra muchos de los enemigos más jóvenes y fuertes que presentaba en varias obras, pero de todos modos en su mundo cinematográfico lograba vencerlos a puños. Esto es una muestra de lo que significaba el cine para él, una manera de jugar a ser el más fuerte, inteligente, hábil, temido y capaz. 

No es un director cuyo ego se vea como algo que pueda distraerte o molestarte dentro de sus películas, más bien es un elemento adorable y chusco por la misma ridiculez y obviedad. Simplemente es encantador.

Carpio despachándose al boxeador.

Tony continua metiendo temor en sus enemigos así como en varios de los boxeadores por medio de intrusiones indirectas y amenazas, aquí es en donde nos damos cuenta de la razón del título de la película. Con el título "Bajo la influencia del miedo", Orol alude a las actividades de Tony como extorsionador, infundiendo miedo a los deportistas quienes ahora deben de participar en peleas arregladas. Ellos actúan bajo la influencia del miedo, en paralelo a esto, tenemos a los asesinatos que comete Tony para conseguir su venganza, esto infunde temor entre su grupo de enemigos. Especialmente a Marbella (quien termina dándoles ordenes a sus esbirros para continuar con sus negocios negros). Al saber que este fantasma de su pasado a vuelto para aplastarlos, ellos actúan de manera desesperada y, lo adivinaste, bajo la influencia del miedo.

Con respecto a los personajes, Marbella vive con el miedo de que Tony no la ama en verdad y Tony vive con el miedo de perder definitivamente a Marbella, utilizando una fachada de mafioso rudo para disfrazar sus preocupaciones.

Una manera sólida, pero obvia, de relacionar los conflictos y motivaciones con el tema. No es nada complejo pero Orol nunca ha sido sutil en ese aspecto.

Tony intentando corromper al deportista. Gangsterismo en el deporte.

Marbella utiliza su increíble belleza para tomar lo que quiere, desde enamorar a boxeadores hasta robarse el corazón del maloso principal para tenerlo a sus órdenes. Durante toda la película, Orol te deja ver que cada uno de los hombres se babean al ver a su preciada esposa, incluso si se trata de extras.

"Dime que tengo que hacer para merecer tu amor y seré tu esclavo!"

Mientras tanto, Carpio convence, a base de argumentos y de amenazas sugeridas, a unos púgiles para dejarse controlar y terminar las peleas de una manera en la que pueda beneficiar a Tony y fastidiar el negocio de su esposa.

Todo va bastante bien hasta ahora, una historia derivativa pero interesante, personajes poco explorados y sin mucho carisma pero que sin dudas están lo suficientemente bien caracterizados e interpretados como para ser decentes o amenos. El peor momento de toda la película viene a los 70 minutos cuando se nos presentan a tres personajes extraños en un centro nocturno, tres personajes que no aportan nada a la trama y que roban protagonismo en la escena más gratuita de toda cinta en la que se ponen a discutir de manera "cómica" (hasta uno se pone a "cantinflear") y bailan un rato en un número musical que solo sirve de relleno y para darle un poco de "alegría" al filme, pero la verdad es que se pudo haber eliminado por completo y se hubiese beneficiado más la película de haber hecho esto.

Como si fuese una disculpa por la escena anterior, después vemos a Carpio cazar a otro de sus enemigos en la oscura noche. Tony espera al "Travieso" afuera del establecimiento en el que se encontraba y le dispara. El asesinato es visto por un niño que se esconde en la calle, Carpio nota su presencia pero decide huir en vez de confrontar al muchacho. 

Durante otro asesinato por parte de Tony, este se da cuenta de que el niño también está presente en el acto. El muchacho ahora está confiado y lo felicita por echarse al fulano ese.

Con la inclusión de este muchachito, Orol aprovecha para ser moralista y sentimental una vez más.

Este niño es un huérfano de la calle apodado "El pingüino", quien alaba al mafioso protagonista por saber como despachar a esos malvivientes. Carpio se apiada de él y finalmente decide tenerlo como lacayo. Esta decisión humaniza bastante a Tony y demuestra el tacto moralista de Orol, pues el mismo Tony le da un sermón al niño sobre alejarse del mundo del crimen y convertirse en un hombre recto. Ahí se nos entrega el momento más destacable de la obra en el que El pingüino le pregunta a Carpio: "y porque no hace usted lo que me aconseja?" aquí Orol plantea una pregunta sobre la posible hipocresía de algunos de estos criminales "de corazón puro" que aconsejan a menores de alejarse de su vida criminal, un cliché común en los medios, incluso algo que hace el mismo Orol. 

No hay tiempo para más reflexión, pues inmediatamente después, Carpio se dirige a acabar con El bronco, segundo al mando de la banda criminal de Marbella. Tony lo intercepta, pues Bronco pensaba que iba a ver a Marbella, y le mete unos plomazos. Posteriormente, tira su cadáver al rio.

Tony tomando venganza del último de sus enemigos.

La confrontación final no es una gran balacera entre las dos bandas criminales, es más bien la parte climática de una historia semi-trágica de amor y redención detrás de esa cortina de cine negro. 

Tony llega con Marbella y le confiesa que fue él quien estuvo detrás de la destrucción de su banda del hampa y de sus negocios fallidos. Ella no se muestra enojada, más bien su actitud deja ver cierto arrepentimiento pues incluso mata a otro miembro de su banda que era una amenaza para Tony. Antes de que puedan proseguir con su conversación, la policía llega a escondidas y sorprende a Tony, quien es arrestado por sus crímenes. 

En la cárcel, Marbella viene a visitarlo y ambos se comunican sus verdaderos sentimientos. El conflicto pasional se resuelve cuando Carpio deja su gran riqueza a su esposa de manera desinteresada, ella se va sin saber que pensar de él, pero eventualmente sabemos que logró amarlo por lo que ha hecho por ella durante todo este tiempo, pues al salir de la cárcel 15 años después, un narrador nos cuenta que ella lo ha visitado todos los días y ahora recibe a un Tony anciano a la salida del penal. El narrador cierra la película pregunta a la audiencia: ¿Fue mala o fue buena?

Yo creo que fue bastante buena. 

Fue meloso pero es un final melancólico y a la vez esperanzador.

Bajo la influencia del miedo es posiblemente una de las películas más populares o reconocidas de Juan Orol, pero ciertamente no es de sus mejores. A pesar de que hay bastantes elementos admirables también hay defectos esperados de una producción barata de los cincuentas.  

Las escenas de boxeo no son necesariamente dinámicas ni las más intensas del cine negro, mayormente debido al bajo presupuesto, pero Orol cubre de manera decente la acción y logra entretener con una puesta en escena simple, incluso algo estática, pero funcional. 

Entre los posibles defectos podemos mencionar el hecho de que en el cine de Orol, todos los componentes del texto, como los diálogos y las acciones del libreto, son utilitarios, creados como medios para un fin y cumplir una función. Aunque debo decir que este es el caso de la mayoría de películas de esos tiempos, muchos critican el estilo melodramático de Orol, aunque la gran mayoría de veces no desentona con el resto de producciones de sus años, la gran diferencia radica en las limitaciones de estos proyectos de bajo calibre y la visión peculiar de Orol que es incomparable y poco tradicional.

Fuera de esos detalles (que en realidad ni son defectos reales), el resto de mis alabanzas siguen de pie. Orol pudo realizar una cinta de crimen y venganza disfrutable a su manera que contiene una historia cautivante. Aunque no es su mejor trabajo, es bueno para darte una idea sobre como funciona el cine de Orol, con aspectos positivos que te harán desear más.

Una muy buena cinta de crimen que solo puede ser digerida por adeptos al cine de serie B mexicano que se han aburrido con la insulsa variedad de películas mediocres de crimen de otros directores y buscan algo más curioso como lo es el cine Oroliano. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario